La estació de França entró en servicio en 1929 con motivo de la Exposición Universal de ese año. Recibe su nombre porque era, y es, una estación donde parten los trenes de largo recorrido en dirección a Francia. Tiene un aspecto de estación de ferrocarril típica de las películas antiguas, donde predomina el mármol y el bronce como elementos decorativos que le confieren un aspecto antiguo. El conjunto de la estación lo conforman dos partes: las naves sobre las doce vías y el vestíbulo de estilo novecentista, diseño de Duran y Reynalds.

Posee un elegante reloj que llama la atención por sus dimensiones. Como curiosidad mencionar que existen figuras de buhos, colocadas tanto en el interior como en el exterior, que tienen como objetivo ahuyentar a las palomas.