El parque de Joan Miró, conocido popularmente como parque de l’Escorxador (Matadero en catalán), porque en sus terrenos se hallaba el antiguo Matadero Municipal. El proyecto fue obra de los arquitectos Antoni Solanas, Màrius Quintana, Beth Galí y Andreu Arriola, y fue inaugurado en 1983. En 2006 se hizo una remodelación, en la que se construyó un aparcamiento y un depósito de agua subterráneos, y se adecuó la cubierta como zona verde. El nombre del parque es en reconocimiento al pintor surrealista Joan Miró.
El parque tiene dos ámbitos diferenciados: una gran plaza a nivel de calle, donde destaca un estanque con la escultura Dona i Ocell (Mujer y Pájaro) de Joan Miró; y el parque propiamente dicho, situado en un nivel inferior, con senderos sombreados de pérgolas con plantas trepadoras, y una arboleda poblada principalmente de pinos, chopos, palmeras y encinas, plantados de forma simétrica. También hay un estanque en cuyo centro se encuentra la Biblioteca Joan Miró, que tiene una curiosa puerta formada por dos batientes de acero en forma de niños caminando, que lleva el nombre de Escolares y fue diseñada por los arquitectos autores del parque. El parque cuenta además con pistas deportivas, un área para perros, un parque infantil, pistas de petanca, mesas de ping-pong y un bar.
El elemento más destacado del parque es la escultura de Joan Miró, titulada Dona i Ocell, ejecutada en 1983 sobre un original de 1954. Mide 20,22 x 5,29 m, es de piedra artificial revestida con cerámica, y Miró la efectuó en colaboración con el ceramista Joan Gardy . Forma parte de un conjunto con otras dos obras de Miró instaladas en Barcelona: el mural del aeropuerto del Prat (1970) y el pavimento del Pla de la Boqueria (1976), con la pretensión de saludar a los viajeros que entran a Barcelona por tierra, mar y aire.