El actual barrio de Sarrià era un municipio independiente de la ciudad de Barcelona, que se anexionó en 1921, motivo por el cual todavía conserva su aspecto de pueblo, con pequeñas calles y plazoletas vertebradas alrededor de su eje principal: la calle Major de Sarrià. Sarrià era donde la burguesía catalana instalaba sus casas y villas de veraneo, mayoritariamente de estilo modernista, especialmente en el actual pasaje Mallofré o en la Plaça Sant Vicenç.
En la plaza principal del barrio, la Plaça de Sarrià , se encuentra la casa Orlandai, donde se ubica el centro cívico del distrito, que merece una parada y un café en la terraza interior y disfrutar de la decoración de estilo modernista y de los vitrales de los ventanales. Muy cerca, también merece una parada, la pastelería Foix, con más de 125 años de historia, fundada por el hijo del conocido escritor J.V. Foix. En la misma plaza se puede observar una escultura de Emili Armengol llamada “Portal de Sarrià” que expresala unión de los pueblos que forman el actual distrito de Sarrià-Sant Gervasi.
En la Plaça del Consell de la Vila, se ubica la sede del distrito o Casa de la Vil·la, obra de Francesc Mariné Martorell, delante del cual se puede observar una escultura de Josep Clarà,“Pomona”, de bronce, representación de la diosa romana de los frutos, premio de la bienal de Arte de 1954. En la casa de la Vil·la se puede observar el escudo de Sarrià y pinturas de M. Suñé Simorra de la reina regente María Cristina y de Alfonso XIII.
El barrio de Sarrià cuenta con su propio cementerio, difícil de encontrar dado que no hay señales indicativas, y donde yacen diversas personalidades como los escritores y poetas J.V. Foix, Carles Riba y Clementina Arderiu, los pintores Jaume Mercader, Emilia Curanty o el conocido farmacéutico del barrio, asesinado por razones políticas, Josep Margenat Cuyàs.
En la calle Major de Sarrià, 63 se ha de parar y mirar hacia arriba para poder contemplar un balcón donde se encuentra incrustado el armamento de un guerrero clásico, que se fabricó reaprovechando una piedra procedente del derribo de la antigua Ciudadela de Barcelona, hecho bastante habitual en la Barcelona del siglo XIX.
Sarrià es un barrio que merece una relajante paseo por sus calles, plazas, mercado y callejuelas, para finalizar con una obligatoria parada en el conocido bar “Casa Tomàs”, famoso por sus “patatas bravas” en toda Barcelona.